
NUTRICIÓN PREVIA AL ESFUERZO:
Los objetivos en esta fase serán:
1. Asegurar que el organismo tiene unas reservas óptimas de energía.
2. Hidratar adecuadamente el organismo.
3. Garantizar el perfecto estado del tejido muscular y articular.
4. Evitar problemas digestivos.
5. Prevenir deficiencias minerales.
1. Asegurar reservas óptimas de energía e hidratar el organismo.
El total de la reserva de glucógeno corporal para un individuo promedio es de
300 a 400grs.; de los que aproximadamente 100grs. se almacenan en hígado y
300grs. en músculo. Un individuo adecuadamente entrenado ha de llegar a
almacenar entre 700 y 800grs. de glucógeno, de los cuales aproximadamente
600grs. estarán en músculo y 200grs. a nivel hepático. Esta reserva inicial de
glucógeno permitirá obtener energía suficiente para la primera parte de la
prueba o entrenamiento; pero tenemos que considerar que ineludiblemente a
partir de los 90 a 100 minutos de iniciada la misma, esta reserva se agotará si
no la vamos reponiendo de forma adecuada (ver Alimentación Durante el
Esfuerzo). El glucógeno hepático mantendrá los niveles de azúcar en sangre, en
tanto en cuanto, el glucógeno muscular se empleará en las reacciones
metabólicas de obtención de energía a nivel localizado del músculo.
En la comida previa a la competición ingeriremos glúcidos que tengan un índice
glucémico bajo: pasta y arroz
2. También en verano sobre todo, a través del agua de hidratación en la que
diluiremos una solución isotónica, moderadamente hipotónica, de azucares de
absorción media y rápida (una proporción del 70 y el 30% respectivamente), en
una concentración del 7% (puede ser del 8% en clima frío, y del 6% en clima
caluroso).
3. Garantizar el perfecto estado del tejido muscular y articular.
El músculo es fundamental en cualquier manifestación deportiva; el responsable
del gesto deportivo es, sin duda, el tejido muscular. Un ciclista debe en todo
momento, dentro de las premisas de un peso corporal limitado, mantener su
tejido muscular y tendinoso en óptimas condiciones. Esto le permitirá
desarrollar un esfuerzo más continuado durante toda la prueba; responder mejor
a los momentos de esfuerzo explosivo, recuperarse de forma más rápida y evitar
lesiones de sobrecargas musculares o articulares.
La faceta de mantener en una situación óptima el anabolismo proteico, cobra
particular importancia en pruebas de etapas, en las cuales el estrés oxidativo
y el catabolismo muscular es tan intenso en los ciclistas que produce un
deterioro sistemático sobre la masa muscular magra y una disminución de
rendimiento evidente. Esta merma en el rendimiento se considera una consecuencia
lógica del esfuerzo sobrehumano al que se ve sometido el deportista en las
pruebas por etapas; sin embargo tiene una sólida base y fundamento en el
catabolismo del músculo.
Este catabolismo se neutraliza o mitiga con la ingestión inteligente de
aminoácidos antes, durante y después del esfuerzo deportivo. Los resultados
prácticos a nivel de rendimiento son tan evidentes que hacen innecesaria
cualquier polémica al respecto.
4. Evitar problemas digestivos.
Durante el ejercicio físico la sangre se redistribuye, siendo los músculos los
que la reciben en mayor proporción, mientras es mucho menor la cantidad que
llega al tubo digestivo. En un esfuerzo intenso, el flujo sanguíneo hacia el
tubo digestivo es aproximadamente una quinta parte de lo que sería en
condiciones de reposo. Como consecuencia de este hecho y de un modo inevitable,
sabemos que la aportación de sangre a las vísceras puede reducirse hasta un
nivel crítico, sobretodo si se asocian otros factores tales como la
hipertermia, la hipoglucemia, la deshidratación o el conjunto de todos ellos.
Es imprescindible tener en cuenta todos estos factores, con el fin de evitar
los riesgos de sufrir trastornos digestivos; así previamente a la prueba
consideraremos:
* Mantener nuestro organismo hidratado adecuadamente (una deshidratación del 3%
provoca serios calambres a nivel de estómago); esta hidratación deberá
mantenerse a lo largo de toda la prueba.
* Evitar la ingestión de bebidas hipertónicas, ya que esto distrae el agua
corporal de otras funciones y además puede provocar diarreas y/o vómitos. Los
líquidos de hidratación, si bien contendrán carbohidratos y otros nutrientes,
deben de ser siempre hipotónicos; es decir con concentraciones siempre
inferiores al 6%.
* Hay que suprimir los alimentos ricos en fibra el día de la prueba (en una
competición por etapas, habrá que mantener a lo largo de la duración de la
misma un régimen bajo en fibra). Es decir, evitar comer legumbres, fruta, y
alimentos que produzcan gases.
* Evitar consumir grandes cantidades de líquido antes de la prueba.
* La administración de medicamentos anti-inflamatorios antes de la prueba (en
algunos equipos se ha puesto de moda consumir
aspirinas y otros anti-inflamatorios), puede producir una fuerte irritación
gástrica.
* Evitar la ingestión de las bebidas de hidratación excesivamente frías.
* El tiempo previo a la prueba desde la última comida que, en general, en casi
todos los deportes puede considerarse de unas 3 horas. Luego, en el transcurso
de la misma, pueden tomarse alimentos ya sean líquidos o sólidos.
Controlar todas estas condicionantes disminuirá el riesgo de aparición de
trastornos digestivos que limitarían severamente la capacidad de rendimiento
del atleta.
Un ejemplo de comida pre-entreno/competición:
* un plato de pasta o arroz
* una porción de tarta casera tipo: tarta de manzana. Evitar las de crema o
nata.
* Pan con miel o mermelada. (una porción)
5. Prevenir deficiencias
minerales.
Durante los fenómenos de contracción
muscular se consumen de forma activa diferentes sales minerales;
fundamentalmente sodio, potasio, calcio y magnesio. La incorporación de estos
nutrientes en cantidades moderadas (nuevamente con el fin de evitar trastornos
digestivos), es imprescindible para optimizar el rendimiento físico.
La solución hipotónica que empleamos como vehículo de hidratación, aparte de
elementos glucídicos y otras ayudas ergogénicas (aminoácidos ya mencionados),
debe incorporar estas sales minerales.
REGLAS A TENER EN CUENTA PARA EVITAR TRASTORNOS DIGESTIVOS DURANTE EL
ENTRENAMIENTO O LA CARRERA
1. Mantener una ingesta elevada de agua (para ello es conveniente acostumbrarse
a beber adecuadamente durante los entrenamientos; hay que tener en cuenta que puede consumirse cantidades
de agua por sudor comprendidas entre los 0,6 l y 1l por hora de esfuerzo).
2. Consumir, como vehículo hidratante, bebidas hipotónicas e isotónicas (la
concentración de sustancias sólidas disueltas en el líquido no debe ser
superior al 6/7%, lo que quiere decir que en un termo de ½ litro estaremos
disolviendo aproximadamente unos 35grs. de sustancias sólidas). Existen bebidas
ya preparadas en el mercado, alguna de ellas de indudable calidad; no obstante
consideramos adecuado, dada la especificidad y la alta demanda de ciertos
nutrientes en el ciclismo, preparar la fórmula incorporando las sustancias sólidas
al agua.
3. Emplear agua de calidad contrastada, es decir agua mineral (preferiblemente
con una adecuada sodación), con el fin de evitar trastornos de aguas de red
excesivamente cloradas (que pueden provocar calambres digestivos), o pueden ser
vehículos de productos contaminantes y concentraciones altas de agresivos e
impurezas.
4. Comenzar el entrenamiento o la prueba con un régimen de esfuerzo moderado
que se irá incrementando progresivamente. En carrera esto no es posible a veces
por lo que se recomienda un buen calentamiento.
5. En caso de fuerte calor, el contenido de sustancias sólidas en el líquido
debe ser como máximo de un 6%, ya que hay una mayor deshidratación y la
asimilación se hace más difícil.
6. Beber desde el principio del esfuerzo de forma regular.
7. Evitar la ingestión de lípidos y productos proteicos (con excepción de los
aminoácidos), durante la última comida.
8. Evitar el consumo de anti-inflamatorios.
9. Evitar el consumo de alimentos ricos en fibra.
10. Comenzar la prueba libre de productos residuales, pasando previamente por
el servicio para orinar y eliminar las deposiciones.
LA ALIMENTACIÓN DURANTE EL ESFUERZO
Durante el esfuerzo, como ya hemos mencionado, disminuye la irrigación
abdominal; no obstante debemos tener presente, que será necesario consumir
alimentos líquidos y semi-líquidos, con el fin de mantener al máximo el aporte
energético durante la prueba. En el transcurso de la carrera ciclista se
presentan distintas alteraciones fisiometabólicas:
* Hipertermia
* Deshidratación
* Hipoglucemia
* Pérdida de sales minerales
En realidad la fatiga o lo que se denomina en el argot ciclista “pájara”, es
consecuencia de una combinación de varios o de todos estos factores.
La alimentación durante el esfuerzo tendrá como objetivo evitar o mitigar la
aparición de estos síntomas.
Deshidratación e hipertermia.- Debido al menor flujo de sangre en el estómago y
a la progresiva deshidratación corporal, la absorción de líquidos debe hacerse,
nunca insistiremos lo suficiente, con bebidas hipotónicas. El empleo de bebidas
hipertónicas provocaría en la mayoría de los casos vómitos y diarreas.
Hay que beber desde el primer momento; la aparición de sed es una sensación
tardía; cuando aparece, el daño ya está hecho.
La ingestión de bebidas energéticas permite una reavituallamiento correcto sin
trastornos digestivos, en tanto que la de sólidos debe limitarse a carreras de
gran distancia, y en todo caso efectuarse solamente en la primera parte de la
prueba, donde el ritmo de carrera es más moderado.
Hipoglucemia.- La aparición de hipoglucemia durante el esfuerzo varia
apreciablemente según las personas y las condiciones. En realidad un atleta con
sus depósitos de glucógeno cargados al máximo (de 700 a 800grs. de glucógeno
entre músculo y reserva hepática), llegaría en un periodo de 90 a 120 minutos
con un ritmo de pedaleo alto al agotamiento de estos depósitos. Independientemente
de que el atleta debe de estar con su nutrición previamente adaptada al
esfuerzo, debemos intentar que, durante la prueba, la reposición de glúcidos
sea óptima.
SALES MINERALES
Como hemos mencionado ya anteriormente, durante el esfuerzo se consumen
cantidades apreciables de distintas sales minerales, fundamentalmente sodio,
potasio, magnesio, manganeso y calcio. La solución isotónica debe estar
moderadamente sodada y, en su caso reforzada en los minerales previamente
citados (siempre teniendo en consideración que estamos hablando de
concentraciones moderadas, es decir, bebidas isotónicas que contienen un
promedio de 50ml./litro de magnesio; 15ml/litro de manganeso; 100ml/litro de
potasio; 300ml./litro de sodio y potasio).
El empleo de mezclas de cereales (barritas), puede ser válido; así como el
consumo de algunas frutas de bajo contenido en fibra al igual que frutos secos.
REPOSICIÓN DE AMINOÁCIDOS
La incorporación de aminoácidos ramificados o glucosa (en cantidades
respectivas de 1 ½ gr. o 700ml./litro), son altamente aconsejables con objeto
de contrarrestar el efecto catabólico y de estrés oxidativo y el descenso de
las tasas sanguíneas de estos aminoácidos.
DURANTE UN ENTRENAMIENTO HAY QUE EVITAR SIEMPRE TENER SED Y TENER HAMBRE para
no perjudicar nuestro rendimiento.
LA RECUPERACIÓN
Después de una carrera o un entrenamiento intenso, se presenta una situación de
desequilibrio fisiológico y nutricional. Básicamente podemos hablar de:
* Necesidad de reposición hídrica.
* Necesidad de reposición mineral.
* Combatir la acidosis y eliminar desperdicios.
* Contrarrestar el catabolismo proteico.
* Mitigar el estrés oxidativo.
HIDRATACIÓN.- El organismo estará deshidratado en mayor o menor medida, según
la intensidad, duración y condición climática en la que se desarrolló la
prueba. Hay que atender esta necesidad, en forma prioritaria y urgente. La
reposición hídrica se realizará con una bebida carbonatada.
REPOSICIÓN MINERAL.- La bebida de reposición hídrica incorporará las sales
minerales ya mencionadas, además de (muy importante) cromo en una cantidad
aproximada de 4/5 microgramos por kg de peso.
REPOSICIÓN ENERGÉTICA.- Incorporando una solución hidratante en concentraciones
de hasta el 8% de una mezcla compleja de carbohidratos simples y compuestos
diluidos en agua.
COMBATIR LA ACIDOSIS Y ELIMINAR DESPERDICIOS.- La realización continuada de
esfuerzos anaeróbicos, especialmente al final de la prueba (sprints,
incrementos del ritmo de carrera, etc.), aumenta la acumulación de sustancias
catabólicas. Esto ha hecho pensar en algunas ocasiones que es inconveniente
emplear raciones proteicas previas o durante la prueba. Estamos de acuerdo en
este concepto, con la clamorosa excepción de la necesidad prioritaria al aporte
de aminoácidos anticatabólicos, que ya hemos venido aconsejando en las fases
previas y de esfuerzo. La bebida alcalina y la hidratación progresiva permitirá
eliminar estos desperdicios y combatir la acidosis: tomar algún producto lácteo
es muy aconsejable.
CONTRARRESTAR EL CATABOLISMO PROTEICO.- Al final de la prueba la tasa de
hormonas andrógenas habrá disminuido así como la concentración de hormonas
corticoides y aldosterona han aumentado. Esta situación de disfunción hormonal
viene aumentada por un incremento en el catabolismo de los aminoácidos. La
reposición de elementos plásticos musculares con objeto de mitigar la agresión
a la que se han sometido músculos, articulaciones y tendones, pasa por la
ingestión de una generosa ración de aminoácidos, que se realizará a los 20/30
minutos de haber terminado la prueba, después de haber completado la primera
fase de la hidratación. La ingestión de aminoácidos será del orden de 50
miligramos por kilo de peso corporal si se emplea glutamina o de cantidades del
orden de los 100mg. por kg de peso si se emplean aminoácidos ramificados.
Inmediatamente después de la ingesta de aminoácidos debe ingerirse una
abundante ración proteica (500mg de proteína por kg/peso), ya pueden ser los
conocidos batidos algún pequeñoa “bocadillo” de jamón york, queso fresco bajo en
grasas.
MITIGAR EL ESTRÉS OXIDATIVO.- La acumulación de estrés oxidativo en una prueba
de etapas es realmente difícil, por no decir imposible de eliminar con una
total eficacia. No obstante, debemos prestar especial atención al consumo de
sustancias anti-oxidantes, que se pueden incorporar a la comida posterior al
esfuerzo, con objeto de mitigarlo.Pasado
un tiempo adecuado en el cual nuestro organismo se ha recuperado del esfuerzo y
empieza a sentir hambre es el momento de comer. La comida posterior al esfuerzo
debe de incorporar elementos farináceos, leguminosas (son sustancias
alcalinizantes, ricos en proteínas, potasio y vitaminas), verdura, productos
proteicos (preferentemente de bajo contenido en grasa).
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